Entre la avenida Diagonal, llena de comercios, y el bullicio futbolístico del Camp Nou, el distrito de Les Corts se despliega como una Barcelona ajardinada para descubrir y perderse por ella, a medio camino entre el pasado rural y la elegancia de un barrio residencial.
PARQUES Y JARDINES PARA PERDERSE
Entre el siglo XII y comienzos del XIX, el territorio donde se asienta el distrito de Les Corts estaba muy despoblado, con solo algunas masías agrícolas. Situado al oeste de la ciudad, era un territorio franco que no tenía municipalidad, sino que dependía directamente de la realeza. Este hecho explica la construcción del Real Monasterio de Santa Maria de Pedralbes, fundado por la reina Elisenda de Montcada en 1327 y que actualmente está abierto al público.
El territorio franco se convirtió en municipio en 1836, y en 1897 fue anexionado a Barcelona y se inició una urbanización progresiva. Lo que conserva de su origen rural, y quizás es su atractivo principal, son los parques y jardines que se encuentran en sus tres barrios: Les Corts, Pedralbes y la Maternitat i Sant Ramon. Son un ejemplo los jardines de la Maternitat, un gran parque embellecido con varios edificios modernistas; el de Can Rigal; los jardines del Palau de Pedralbes, llenos de encanto señorial; y el parque de Cervantes, especializado en el cultivo de rosas y que en primavera se convierte en todo un espectáculo para la vista y el olfato.
Otros puntos de interés de este distrito son el Camp Nou, el estadio del Futbol Club Barcelona; los pabellones de la Finca Güell, una obra joven de Gaudí conocida por su impresionante puerta de hierro forjado en forma de dragón; o la Torre Rodona, edificada en los siglos XI y XII, uno de los escasos ejemplos de arquitectura rural medieval.