Visítala y ámala
Barcelona al aire libre
Estás en:
Una naturaleza mediterránea
Barcelona no sería Barcelona sin su naturaleza mediterránea: bañada por 4 kilómetros de largas playas y flanqueada por el parque de Montjuïc y el parque de Collserola, un inmenso macizo verde de una biodiversidad brutal, la ciudad ofrece opciones infinitas e irresistibles para vivirla al aire libre.
Como ciudad mediterránea, Barcelona ofrece propuestas de naturaleza para todas las estaciones del año. Muy especialmente en verano, pero también durante buena parte de la primavera y el otoño, los cielos de color azul intenso tan característicos de la ciudad invitan a baños de sol y mar. Hay playas para todos los gustos: algunas más familiares y tranquilas, alejadas del centro; otras más concurridas y animadas, cerca de restaurantes y de locales de fiesta; también hay espacios para ejercer el naturismo y playas donde jugar a vóley o practicar largos pases de frisbee.
Pero también, y durante todo el año, se puede salir de escapada montaña arriba para detenerse en los numerosos miradores desde los que la ciudad encaja perfectamente en la mirada, como si la hubieran creado a nuestra medida.
Así es Barcelona: una anfitriona generosa que ofrece lo mejor de cada uno de sus rincones. Tiene parques llenos de verde para desconectar del ruido urbano, como el parque de la Ciutadella, el parque de la Oreneta, el parque de Cervantes, el Turó Park, el parque de los Tres Turons y tantos otros; alberga el bosque de Collserola, un espectáculo sensorial en cualquier época del año, y esconde espacios recónditos inimaginables que son perfectos para ir de pícnic en familia o con amigos. La naturaleza, además, se puede ver y comprender en otros espacios de la ciudad, como el Zoo, el Museo Blau, L’Aquàrium o el Jardín Botánico. Estos son lugares ideales para los niños y para todo aquel que tenga bien vivo al niño que todos llevamos dentro.
Cerrar the expanded main text blockEl Laberint d'Horta
El jardín más antiguo de la ciudad, creado en el siglo XVIII, es una mezcla perfecta entre un jardín neoclásico y romántico. Debe su nombre al laberinto creado con muros de ciprés que preside el parque, en el que también hay fuentes, una cascada con un arroyo, esculturas... Para no acabárselo.
Los jardines de Laribal
Los jardines de Laribal, de comienzos del siglo XX, trepan por la montaña de Montjuïc en forma de terrazas, caminos y plazoletas, pérgolas y estanques. En la histórica y popular Font del Gat desembocan las cascadas del parque y es una buena atalaya desde donde contemplar la ciudad.
El parque de la Ciutadella
En la Ciutadella se puede pasear, remar en su lago y descansar en las amplias zonas de césped. Creado en el siglo XIX, es un museo escultórico al aire libre que acoge incluso una reproducción a tamaño natural de un mamut. Muy popular entre los locales, en él siempre se organizan actividades.
El parque natural de Collserola
El macizo de Collserola son 8.000 hectáreas de parque natural con un pasado agrícola que ha dejado su huella en forma de ermitas, masías, fuentes... Su rica biodiversidad incluye bosques frondosos, pantanos naturales, riachuelos y torrentes. Un espectáculo natural impagable.
En familia: el Somorrostro
Icono de la memoria histórica, la playa del Somorrostro es un espacio muy apreciado por los barceloneses y muy divertido para visitar en familia. Dispone de áreas de juego y acoge, bajo sus porches, un centro de educación sobre el litoral que ofrece servicios de playa a los usuarios y una biblioplaya en verano.
Para hacer deporte: El Bogatell
Antiguo núcleo de pescadores, la playa del Bogatell es hoy día un espacio ideal para practicar deporte. Con 700 metros de longitud, dispone de un área de vóley, un pequeño campo de fútbol-playa, una canasta de baloncesto y mesas de pimpón. Si lo que se quiere es descansar, también hay parasoles y tumbonas.
Naturismo: la Mar Bella
Una pequeña colina protege el área naturista de la playa de la Mar Bella, que tiene un público fiel a sus 500 metros de longitud. Cerca de uno de los espigones se encuentra una zona de juegos infantiles y un área para jugar a voleibol. También acoge un centro municipal dedicado a los deportes náuticos.
Céntrica y tranquila: la Nova Icària
Junto al Puerto Olímpico, la playa de la Nova Icària es muy popular entre los barceloneses, que acostumbran a visitarla en familia o con amigos, pues, a pesar de encontrarse en el centro, es muy tranquila. Dispone de una buena oferta deportiva y de alquiler de sombrillas y tumbonas.
Mirador de l'Alcalde
Cerca de la cumbre de Montjuïc, el Mirador de l'Alcalde es un jardín luminoso y tranquilo que se abre como un balcón sobre la ciudad y el puerto. Formado por cuatro niveles, se puede subir suavemente por escaleras y plazoletas pavimentadas con cerámica. Dispone también de un estanque con cascada.
La carretera de las Aigües
La carretera de las Aigües es un mirador continuo que recorre la sierra de Collserola de punta a punta por la ladera marítima y ofrece amplias panorámicas de la ciudad. En uno de los extremos está el mirador de los Xiprers, con vistas al llano del Barcelonès y al delta del Llobregat.
Los Jardines del Turó del Putxet
Desde la cumbre de la del Turó del Putxet se abarca otra panorámica de la ciudad de 360 grados: las vistas llegan hasta lel llano del Llobregat, e incluso se pueden ver los aviones de El Prat despegando y aterrizando. Los jardines están repletos de caminos y plazas, con mesas de pícnic y pistas de bochas.
La playa del Fòrum
Junto a la placa fotovoltaica del Fòrum, encontramos esta piscina salada en mar abierto, lo suficientemente profunda como para tirarse de cabeza al agua. Una silla hidráulica facilita el baño a usuarios de silla de ruedas. Eso sí, no tiene arena, la orilla está pavimentada: un solárium en toda regla.
La piscina de Can Dragó
Conocida como el lago de Can Dragó, es la piscina más grande de Barcelona: 3.000 metros cuadrados de agua con profundidades diversas. Está rodeada de 12.000 metros cuadrados de césped natural, y es difícil no encontrar un hueco para extender la toalla y leer, dormitar o, simplemente, tomar el sol.
El mirador del Migdia
Mesas de pícnic en pleno bosque mediterráneo, al sol y a la sombra, y vistas extraordinarias del puerto. Un buen premio si se llega a pie. Al lado se esconde La Caseta, uno de los pocos puntos de la ciudad desde los que se puede ver la puesta de sol. Buena comida y música en directo de día y de noche.
El parque de la Oreneta
El parque de la Oreneta es un auténtico bosque mediterráneo de 17 hectáreas que entra discretamente en la ciudad. En la parte más alta, hay una zona de pícnic con mesas a la sombra de un algarrobo y con vistas espectaculares de toda la ciudad. Los niños, además, pueden montar ponis y subir a un tren de vapor.
El parque de la Trinitat
El parque de la Trinitat esconde sorpresas: hasta quince barbacoas en las que asar carne y pescado y una anchísima zona de pícnic con mesas y bancos. En el parque hay un canal de agua cristalina, una chopera, una gran explanada de césped para descansar y diversas pistas para practicar deportes.
El Jardín Botánico
Situado en la montaña de Montjuïc, el Jardín Botánico es un centro de referencia en la conservación de la flora mediterránea: sus colecciones de plantas son excepcionales. En forma de anfiteatro con grandes desniveles, muestra más de 1.500 especies y unas magníficas vistas del litoral de fondo.
El Museo Blau
La exposición de referencia del Museo Blau, “Planeta vida”, propone un viaje por la historia de la vida de la Tierra. En ella se pueden ver auténticos tesoros de las colecciones que durante más de 100 años se han ido guardando en el Museo de Ciencias Naturales. Contiene hasta 3.000.000 de piezas.
El Zoo de Barcelona
Inaugurado en 1892, el Zoo de Barcelona está dedicado a la investigación y la conservación de la fauna salvaje. En él viven unas cuatrocientas especies, y también incluye animales de granja. En él creció y murió el único gorila albino conocido hasta ahora, Floquet de Neu, todo un icono de la ciudad
L'Aquàrium de Barcelona
El oceanario de L'Aquàrium de Barcelona es único en Europa. Con 4.000.000 de litros de agua, los tiburones se pueden ver de muy cerca gracias a un túnel sumergido y transparente de 80 metros de largo. Contiene hasta 35 acuarios, donde viven 11.000 animales de unas cuatrocientas cincuenta especies marinas.