Puntos de interés de la ciudad
El Gaudí más secreto
Las obras más desconocidas de un arquitecto genial
Si hay un arquitecto asociado a Barcelona, ese es, sin duda, Antoni Gaudí. Sus obras de madurez, como La Pedrera, el Park Güell y la Sagrada Familia, son iconos conocidos internacionalmente que atraen diariamente a miles de visitantes. No obstante, en la ciudad también hay varias obras de este genial artista no tan conocidas y que, a menudo, por el hecho de estar alejadas de los circuitos habituales, pasan desapercibidas y conforman un recorrido poco explorado, pero no por ello menos espectacular.
Dragones protectores de Les Corts
En el distrito de Les Corts, junto a la Diagonal, el elegante Palacio de Pedralbes esconde una de las obras de Gaudí más secretas de la ciudad. Se trata de la Fuente de Hércules, integrada en unos jardines que fueron diseñados parcialmente por Gaudí en la que fue la primera colaboración del arquitecto con Eusebi Güell, que se convertiría en su principal mecenas. El recinto, antes de convertirse en palacio real, formaba parte de la Finca Güell, que actualmente tiene entrada por la avenida de Pedralbes, donde Gaudí proyectó, entre los años 1884 y 1887, dos pabellones y la puerta de acceso. Aunque hoy en día se trata de dos sitios diferentes, el vínculo entre uno y otro es indisoluble, ya que Gaudí recreó en el conjunto el poema L’Atlàntida,de Mossèn Cinto Verdaguer. Así pues, la fuente en honor al héroe precede todo un universo mitológico que se despliega más allá en los coloridos Pabellones Güell, protegidos por un impresionante dragón de hierro forjado que vigila el entorno como si fuera el jardín de las Hespérides.
Castillos y residencias de fantasía
Desde allí, la ruta se adentra por Sarrià, donde, en el paseo de Manuel Girona, se conserva un portal de formas onduladas que antiguamente había dado paso a la Finca Miralles, actualmente desaparecida. Construida en el año 1901, esta puerta es la obra de Gaudí probablemente menos conocida de Barcelona, y merece la pena acercarse, ya que integra elementos destacables de la arquitectura de Gaudí: el trencadís blanco del muro recuerda a la piel de un reptil, y la puerta, con forma de arco lobulado y cubierta por una marquesina, está coronada por una cruz tridimensional. Además, desde el año 2000, una estatua del arquitecto completa el conjunto.
En la parte de arriba del mismo distrito de Sarrià Sant-Gervasi, en la falda de Collserola, la magnífica Torre Bellesguard recuerda a un castillo gótico con almenas, pero con elementos de hierro forjado y mosaico colorido que hacen bien identificable su autoría. Gaudí construyó este edificio a principios del siglo XX como residencia particular y tuvo muy en cuenta el terreno histórico donde se sitúa: el lugar donde se encontraban los restos del castillo medieval del rey Martín el Humano.
Para encontrar uno de los primeros grandes proyectos que firmó Gaudí en la ciudad, hay que saltar de distrito y adentrarse en la parte superior de la antigua villa de Gràcia. Allí está la Casa Vicens, construida entre los años 1883 y 1888 en un estilo de claras influencias orientales, y donde el amor del arquitecto por la naturaleza se hace evidente en los azulejos que cubren la fachada y que son un estallido floral.
Para acabar la ruta, hay que ir hasta Sant Andreu. Allí, en la parroquia de Sant Pacià, puede verse uno de los primeros trabajos de Gaudí que se conocen. Se trata del pavimento de la iglesia, un mosaico romano con cenefas geométricas muy elaboradas. La obra, realizada en torno a 1879, corresponde a la primera época del arquitecto, que, antes de desarrollar su peculiar estilo modernista, se sintió atraído por las obras neogóticas, como esta.