Las mil y una peripecias

Tanto la casa como su excéntrico propietario vivieron numerosas aventuras dignas de los mejores cuentos orientales. Se dice que las aventuras amorosas del sultán eran conocidas por toda la alta sociedad barcelonesa, así como también sus fiestas y sus regalos. La casa pasó del esplendor al abandono en varias ocasiones, tuvo diferentes usos e, incluso, estuvo okupada.

La casa encantada

La residencia de Muley Hafid parece una casita de cuento: las paredes son blancas, salpicadas de elementos que le dan toques de color (verde en las ventanas y las tejas, de cerámica vidriada; y rojo en las barandillas y las columnas salomónicas, que son de ladrillo). En el interior, pinturas que se han atribuido a Opisso muestran escenas de ocio y juegos de la época. El edificio fue restaurado en el año 2002 por los arquitectos Pere Joan Ravetllat y Carme Ribas, y actualmente es la sede del consulado de México.