Belleza y poder

La fachada de la Casa Vallet i Xiró combina los rasgos modernistas más comunes en este tipo de edificios —como las tribunas en la planta noble— con otros elementos más libres, como los balcones lobulados o el acabado superior, que recuerda a los remates de algunas iglesias barrocas.

Los detalles de esta residencia hablan del gusto exquisito de su autor y de la riqueza de sus propietarios: el trabajo en madera de la puerta, la decoración escultórica en piedra, la forja de rejas y barandillas y el diseño del interior revelan claramente el estatus social de la familia que la habitaba.

Últimas batallas

En 1913, la arquitectura modernista le ganaba las últimas batallas al tiempo: poco a poco, las nuevas soluciones constructivas basadas en el uso del hierro y el hormigón se imponían en Europa. En Barcelona se cerraba así un estilo que había arraigado en la ciudad como no lo había hecho en ningún otro lugar del mundo.