Situados en el paseo de Torres i Bages, los cuarteles de artillería inaugurados en 1929 se sumaron al levantamiento militar del 18 de julio de 1936. Alrededor de los cuarteles de Sant Andreu, los militares y voluntarios falangistas se atrincheraron para proteger la gran cantidad de armamento que allí se almacenaba. El día 19, los republicanos bombardearon los cuarteles desde unos aviones que habían cogido en El Prat. Los milicianos consiguieron hacer retroceder a los sublevados hasta el interior de los cuarteles. El general Legorburu alentó a los voluntarios a huir de los cuarteles. El día 20, los milicianos lograron asaltar los cuarteles y cogieron los 30.000 fusiles que había dentro. A finales de 1936, en los cuarteles, el bando republicano construyó material de guerra. Los cuarteles de Sant Andreu, dependientes del Ministerio de Defensa, dejaron de ser operativos en 1998 y fueron demolidos en el 2004.