A toda máquina

El barrio de Sants es conocido internacionalmente gracias a la gran estación que alberga entre la plaza de los Països Catalans y la de Joan Peiró. Es la principal estación de tren y ferrocarril de la ciudad, y está considerada como el punto neurálgico del transporte terrestre en Barcelona. Además de los trenes, en su exterior hay una estación de autobuses con el mismo nombre.

Sus trayectos de larga y media distancia, que utilizan tanto la red clásica como la red de alta velocidad, conectan Barcelona con destinos nacionales e internacionales. Además, concentra el mayor volumen de tráfico de la red de cercanías Barcelona, al confluir en ella las líneas R1, R2, R3 y R4.

Andenes de ayer y de hoy

La historia de la estación se remonta al apeadero del barrio de la Bordeta y a la estación de Sants que se puso en marcha a finales de 1881. Tras sucesivos cambios y fusiones empresariales, en 1967 se inició un plan para construir la estación tal y como se conoce hoy en día. Inaugurada en los años setenta, para su construcción se emplearon materiales como acero, hormigón y cristal. Se trata de una estación moderna y funcional, con numerosos servicios y puntos de información, y que además integra la estación de metro del mismo nombre con acceso a las líneas 3 y 5. Sus redes de cercanías conectan Barcelona con casi todos los pueblos de los alrededores, y miles de personas utilizan este transporte para acercarse al centro diariamente. La mezcla de viajeros, residentes y turistas crea un ambiente de movimiento y energía que forma parte de la ciudad.