El centro de la villa

La reformada y moderna plaza de Orfila fue, durante casi mil años, la plaza central del pueblo, entonces independiente de Sant Andreu de Palomar, hasta que este municipio se anexionó a la ciudad de Barcelona en el año 1897. Hasta entonces se conocía como plaza de la Constitució o de la Església, pero la adhesión a la ciudad comportó también el cambio de denominación. En 1907 se renombró con el actual nombre, en honor del médico menorquín Mateu Josep Orfila i Rotger.

Como centro del pueblo que fue, en la plaza se encontraba el antiguo ayuntamiento, actual sede del distrito, y está presidida por la parroquia de Sant Andreu de Palomar, un edificio neoclásico iniciado en 1850 y terminado en 1904, que se levantó sobre el espacio que ocupaba un antiguo templo de origen gótico y barroco, del cual ya se tenía constancia como iglesia románica en el siglo X.

Una plaza con memoria

Fue precisamente a finales del siglo X cuando la plaza fue el escenario de unos hechos que la incluyeron en las crónicas históricas, ya que sufrió el saqueo de los musulmanes, con el temible Almanzor al frente. También tuvo un papel muy significativo en el año 1640, ya que fue punto de encuentro de los segadores que se sublevaron el 22 de mayo, que llevaron como símbolo el Sant Crist dels Segadors, situado en una capilla del templo parroquial de Sant Andreu. El resultado de la revuelta fue el llamado Corpus de Sangre, que significó el inicio de la Guerra de los Segadores.

Hoy en día, adecuada al siglo XXI pero sin perder el encanto de una plaza de pueblo, la plaza de Orfila es el mejor lugar para conocer la historia e iniciar un recorrido por el barrio de Sant Andreu de Palomar.