Vestigios del pasado agrícola

Se trata de un edificio de planta cuadrada abierto a los cuatro vientos, compuesto de planta baja, planta piso y buhardilla. Presenta, también, un cuerpo de galerías y una capilla. Actualmente se encuentra en buen estado, y conserva toda la decoración interior original del siglo XVIII. Conserva, asimismo, herramientas y menajes agrícolas y mobiliario antiguo.

Una masía con historia

Sus orígenes se remontan al siglo XVI, pero en 1714 fue destruida y posteriormente reconstruida a la manera neoclásica, con señales gotizantes. La masía de Ca L’Armera se encontraba situada en el camino que conducía de Horta a Sant Martí de Provençals. Es uno de los últimos vestigios de la vida campesina que quedan en Sant Andreu. También conocida como Can Ros, ya que la adquirió Ignasi de Ros i de Puig, fue hasta 1952 un punto de referencia económica y social. Parece verosímil pensar que fue construida sobre los restos de una posible villa romana, ya que en 1955, cuando se hicieron las obras de abertura de la calle del Cardenal Tedeschini, ante Ca L’Armera se encontraron unos silos llenos de material cerámico, que fue identificado como ibérico y romano.

La familia Ros vendió dieciséis hectáreas y media de terreno al Patronato de las Viviendas del Congreso Eucarístico para la construcción de vivienda obrera, con la condición de que se respetara el perímetro de la masía. En la nueva urbanización del espacio se hicieron 2.729 viviendas y 258 locales comerciales.