Una masía entre bloques

Encajada entre bloques de pisos, al ver ahora la masía de Can Baró se hace difícil imaginar que antiguamente era una construcción aislada que dominaba extensos terrenos a su alrededor. No se sabe con exactitud en qué año se construyó la masía. En la fachada se puede ver el año 1674 inscrito en un dintel de piedra, pero se cree que ese año se hizo una reforma de una construcción más antigua. Ahora convertida en escuela, funcionó como hospital durante la Guerra Civil.

La masía del reloj de sol

Es una masía de planta basilical y coronamiento en curva. Tiene tres plantas con buhardilla. En la fachada, simétrica, hay tres balcones en el primer piso y tres ventanas en el segundo: bloques de piedra escuadrados decoran las aberturas y sobresalen de la fachada. En la buhardilla ya no se encuentran las ventanas originales; en su lugar hay un reloj de sol, que preside la fachada.