El espacio industrial

De fábrica textil, a museo de pintura contemporánea. La antigua Can Framis, una empresa textil de finales del siglo XVIII, es ahora, reconvertida en museo, un lugar para la contemplación del arte, una zona donde la innovación y las nuevas maneras de producir dejan su huella. Can Framis no quiere dejar atrás su pasado, y por eso en la recuperación de la vieja empresa de lana, en principio un edificio sin mucho interés arquitectónico, se planteó un uso de los materiales que configurara un collage de texturas. El museo, con sus paredes de hormigón basto, los ladrillos a la vista y las ventanas tapiadas, todo con una pátina de pintura gris, quiere representar el paso del tiempo y mostrar cómo las diferentes intervenciones lo han hecho pasar del Can Framis industrial de la lana a uno de los museos pictóricos más interesantes de la ciudad. Los tranquilos jardines de Miquel Martí i Pol, en colores neutros y blancos, con los chopos que acarician silenciosos los bancos y la hiedra que tapiza el paseo, son un respiro en el hiperactivo distrito del 22@.

Un oasis lleno de arte

La colección de Can Framis es un proyecto de la Fundación Vila Casas en el que hay expuestas unas seiscientas obras de pintura y arte contemporáneo desde los años sesenta hasta la actualidad. Todo el conjunto —museo, naves antiguas y jardín— contrasta con la tecnología que lo rodea, y constituye un oasis de paz medio escondido que vale la pena visitar.