Un parque con historia fabril

El pasado industrial del barrio de la Sagrera está muy vinculado a la antigua Fábrica Hispano-Suiza, convertida, posteriormente, en ENASA. El año 1902 la fábrica de automóviles Hispano-Suiza adquirió los edificios de la Sociedad Industrial Harinera Barcelonesa y amplió las instalaciones para fabricar automóviles de lujo y de competición. Los coches de la Hispano-Suiza se convirtieron en los más elegantes y prestigiosos del primer tercio del siglo XX. El año 1946, el Gobierno franquista nacionalizó la Hispano-Suiza, que recibió el nombre de ENASA. La fábrica continuó la elaboración de vehículos bajo la marca Pegaso hasta el año 1970, y produjo los famosos camiones Pegaso.

Una vez que cerró las puertas, los vecinos reclamaron los terrenos para el barrio y consiguieron que el espacio transitado antes por los obreros se convirtiera en un gran parque abierto a todo el mundo. En la calle de la Sagrera todavía permanece en pie la portalada que daba acceso a la fábrica, y que hoy es la entrada principal al pulmón verde del barrio.

Pasear y descansar

En el interior, la sombra de las palmeras cobija una serie de bancos de ladrillo visto que invitan a leer o descansar antes de adentrarse más allá. La vegetación frondosa que se extiende parque adentro y un canal que inicia su trayecto un poco más allá de la puerta prometen un recorrido fresco y encantador. Los caminos que se abren entre zonas boscosas, las explanadas rodeadas por plataneros, las pérgolas y los parterres floridos son algunas de las sorpresas que ofrece el parque.

Entre los elementos más singulares destaca un lago que separa los dos espacios en que se divide el recinto, el inferior y el superior, formado por unas pequeñas colinas que son un homenaje a los jardines diseñados a finales del siglo XIX por el arquitecto Josep Fontserè. Un polideportivo y diversas áreas de juego infantil garantizan que todo el mundo haga del parque un espacio para disfrutar del tiempo de ocio.

La antigua fábrica

En la Sagrera, la Hispano-Suiza, nacionalizada en 1946 y reconvertida en Enasa, dejó una huella considerable en la historia del barrio y en la vida de muchos vecinos que trabajaron allí. De esta fábrica salieron los automóviles de lujo y de competición de la marca Hispano-Suiza y, posteriormente, los famosos camiones Pegaso. Solo quedan en pie el portal de la calle Gran de la Sagrera, que da acceso al parque de la Pegaso, y el antiguo edificio de oficinas, destinado actualmente a equipamientos del barrio. En los años cincuenta y sesenta, los trabajadores de la Empresa Nacional de Autocamiones, SA (Enasa), conocida como Pegaso, protagonizaron una serie de protestas para reclamar aumentos de sueldo y mejoras laborales. Estas protestas significaron una de las oposiciones más fuertes contra el franquismo. En 1956, los obreros convocaron una nueva huelga para reclamar la jornada laboral de ocho horas, un salario digno y un subsidio de desempleo. Las represalias no se hicieron esperar: la Pegaso cerró temporalmente, suspendió los sueldos y llevó a cabo algunos despidos. En 1962, los trabajadores de la Pegaso reclamaron un convenio colectivo, que ya se había pedido en 1958. Esta reivindicación terminó con el cierre de la fábrica durante quince días y el despido de cuatro trabajadores. En 1971, la fábrica se trasladó a la Zona Franca. Actualmente, en la zona donde se ubicaba la fábrica se encuentra el parque de la Pegaso, en el que se conserva su antigua puerta de entrada y varios equipamientos públicos. Una placa recuerda la lucha de aquellas personas que se opusieron al franquismo y lucharon por las libertades y los derechos de los trabajadores.