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Con una voluptuosa arquitectura modernista que estalla en medio de dos callejones, el espectacular Palau de la Música es un escenario privilegiado y todo un símbolo de la ciudad.
Visítala y ámala
Barcelona posee una combinación de atributos que la hacen única. La cultura y la gastronomía, la belleza de sus calles y el clima mediterráneo, junto con un carácter cosmopolita y abierto, hacen de Barcelona una ciudad muy atractiva para visitarla y donde vivir.
Dimensión humana
A pesar de ser una metrópoli, admirada y reconocida globalmente por su ecosistema innovador, por su creatividad y como modelo de transformación urbana, Barcelona se distingue por tener unas dimensiones más reducidas que otras capitales globales. Es una ciudad que se puede recorrer a pie, donde todo es próximo y está al alcance. La escala humana es uno de los factores clave de su calidad de vida.
Lengua propia
Barcelona es la capital de Cataluña, una de las comunidades autónomas de España. Tiene una lengua propia, el catalán, que evolucionó del latín como el castellano, el francés o el italiano. El catalán es la lengua oficial junto al castellano, y se utiliza con normalidad en todos los ámbitos.
Con una voluptuosa arquitectura modernista que estalla en medio de dos callejones, el espectacular Palau de la Música es un escenario privilegiado y todo un símbolo de la ciudad.
El primer muelle que tuvo Barcelona, el Port Vell, es hoy en día un magnífico paseo abierto a un mar salpicado de barcos y desde el que aún se posible zarpar a descubrir mundo.
Ubicada entre los jardines de Montjuïc y en un magnífico edificio racionalista, la Fundación Joan Miró exhibe una impresionante colección de obras del pintor catalán.
Antigua villa independiente de la ciudad, Sarrià es un barrio encantador, dulce y muy literario, con un entramado de plazas y callejones que parecen detenidos en el tiempo.
El Palacio Nacional que preside Montjuïc es la sede del Museo Nacional de Arte de Cataluña, que alberga entre sus fondos una impresionante colección de pintura románica.
Coronando la montaña de Montjuïc como si de un templo se tratara, la Anilla Olímpica concentra el espíritu de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992.
La Zona Universitaria es una parte del distrito de Les Corts a ambos lados de la Diagonal. Llena de estudiantes, esconde dos de las zonas más bellas y tranquilas de la ciudad: los jardines de Pedralbes y el parque de Cervantes.
Elevándose ligera hacia el cielo entre los edificios del barrio del Born y la Ribera desde el siglo XIV, la iglesia de Santa Maria del Mar es arquitectura gótica en estado puro.
Rodeada de gárgolas vigilantes y con un claustro idílico en el que viven las ocas, la Catedral de Barcelona es uno de los mejores exponentes del arte gótico en la ciudad.
Subiendo por la montaña de la que toma el nombre, la avenida del Tibidabo se abre camino entre residencias modernistas y conserva la esencia de principios del siglo XX.
Los edificios modernistas más impresionantes, aceras amplias con bancos-farolas de trencadís para sentarse diseñados por Gaudí, tiendas sofisticadas.
El popular barrio del Clot esconde callejones tranquilos y rincones que son herencia del pasado, y se abre al futuro con algunos de los edificios más modernos de la ciudad.