La parroquia de Sant Andreu de Palomar

La iglesia actual se construyó sobre los restos de un antiguo centro de culto de origen románico. Documentada desde el año 966, sufrió las destrucciones de Almanzor (985) y de los almorávides (1115) en la Edad Media. En su interior aún permanecen vestigios de la capilla de los Segadors, desde donde campesinos venidos de toda Cataluña, el 22 de mayo de 1640, iniciaron la revuelta que acabaría dando pie a la guerra de los Segadores. En 1846 se inició la ampliación, pero se acabó optando por rehacerla al completo. El arquitecto Pere Falqués i Urpí (1850-1916), vecino de Sant Andreu, se encargó de la obra. En 1882 se derrumbó la cúpula en medio de una misa, ocasionando varios muertos y heridos. El encargado de terminar la obra fue Josep Domènech i Estapà (1858-1917). El campanario se completó en 1889, y en 1904 se inauguró la fachada. Entre el 26 de julio y el 1 de agosto de 1909, tuvo lugar en Barcelona la Semana Trágica. La tensión social en Barcelona, así como el descontento de las clases populares con las instituciones oficiales y religiosas, tomaron forma de revuelta, con el reclutamiento de los reservistas para ir a luchar a la guerra de Marruecos. Las primeras protestas desembocaron en una huelga general. Se declaró el estado de guerra en la provincia barcelonesa, y la huelga se transformó en una insurrección violenta. Durante la Semana Trágica (1909), los sublevados incendiaron el altar mayor, el órgano y los altares de madera de la iglesia. Con bancos, confesionarios y otros objetos formaron una hoguera que ardió bajo el centro de la cúpula durante 30 horas. Una de las pérdidas más importantes de la Semana Trágica fue el Cristo de los Segadores, enarbolado durante la revuelta de 1640. Durante la Guerra Civil, el templo fue quemado otra vez por parte de un grupo de la CNT-FAI, y sufrió un intento de voladura de la cúpula. Las Fuerzas del Aire de la República usaron la parroquia como almacén de gasolina, y las campanas se fundieron para hacer material de guerra.

También desapareció la biblioteca museo inaugurada por mosén Joan Clapés, en 1901, el día de San Andrés. Entre 1956 y 1960, el pintor Josep Verdaguer i Coma (1923- 2008) decoró el templo con grandes pinturas murales en que se representan escenas bíblicas y de la vida de san Andrés.