Tras el estallido de la Guerra Civil, los cuáqueros ingleses y americanos se organizaron para enviar ayuda económica y humanitaria a las ciudades donde llegaban los refugiados y donde había más carencia de abastecimientos. Se quería asegurar que todos los niños menores de siete años recibieran leche y papillas para evitar la desnutrición y asegurar el correcto crecimiento de toda una generación. En Sant Andreu, el Ayuntamiento cedió la planta baja del edificio municipal para instalar una cantina. La cantina era conocida por ser una de las únicas con una máquina automática de leche. En ella, trabajaban voluntarios, personas del barrio que limpiaban la cantina, preparaban los desayunos y repartían las legumbres, la leche y el jabón a las madres con bebés y a los niños que allí acudían. La ayuda de los cuáqueros fue inestimable para miles de niños que sufrieron las terribles consecuencias de la guerra.

La actual sede del Distrito se levantó en 1842 sobre los cimientos del antiguo Ayuntamiento de Sant Andreu de Palomar. Después del incendio de 1870, durante la Revolución de Setiembre, se reconstruyó. En 1915 se amplió añadiendo el cuerpo con fachada de la calle de Malats, con lo que adquirió la configuración actual.