Obra del gabinete de arquitectos MBM Arquitectes (de Martorell, Bohigas y Mackay), la escuela Thau obtuvo un premio FAD en 1974. Sus autores recibieron una fuerte influencia de las escuelas californianas de principios de los años cincuenta del siglo pasado; escuelas sin aulas, concebidas como un gran espacio o plaza. En la escuela Thau, se tradujo esta idea con la propuesta de un gran espacio sin divisiones para párvulos. Los criterios más importantes a la hora de definir el proyecto fueron la búsqueda de una planta muy compacta, la construcción de los muros de contención mínimos y el cuidado en el diseño del espacio exterior (definido por los propios arquitectos como “la ciudad en la escuela”) para fomentar la sociabilización de los niños, o los mecanismos de control solar, donde destacan las persianas separadas de la fachada que permiten la circulación del aire y la entrada de luz indirecta. Los pasillos de tres metros de ancho y otros lugares comunes fueron proyectados para servir también como lugares de educación; de hecho, hoy en día los pasillos se utilizan para las clases de informática.