El barrio de la Mercè está delimitado por las calles de Ardena, la calle de Joan d’Alós, la calle del Torrente Barrina y la calle de Finestrelles, y lo atraviesa sinuosamente la calle del Torrent de les Roses. Su edificación responde a la preocupación social de ciertos estamentos vinculados en su momento a la Falange Española Tradicionalista y de las JONS. Esta construcción es la primera acción que llevó a cabo la Obra Sindical del Hogar en Barcelona. Los trabajos de construcción, que comprendían también la urbanización de la zona, duraron desde 1948 hasta casi la década de los años sesenta. Al llegar la democracia, sus vecinos apostaron firmemente por un cambio del nombre del barrio para eliminar su vinculación histórica con la reciente dictadura, y adoptaron el nombre de la patrona de la ciudad. Las viviendas son de planta baja y de un piso de altura, y para salvar la pendiente del terreno se sitúan en pequeñas calles con trazado irregular, que provoca en el caminante la sensación de haberse trasladado momentáneamente a un espacio alejado de la urbe.