Arquitectura municipal con marca

La construcción del Mercado del Clot se enmarca en el fuerte crecimiento de la ciudad de Barcelona durante el siglo XIX, y la consiguiente necesidad de equipar a los diferentes barrios y villas anexos con edificios funcionales y adecuados para acoger los mercados. Así pues, y siguiendo las tendencias de Londres y París (especialmente de Les Halles), el Consistorio decidió crear una red de mercados que se caracterizaban por unas estructuras comunes: esqueleto metálico y paredes de ladrillo visto.

El diseño del Mercado del Clot estuvo a cargo del arquitecto municipal Pere Falqués, que lo hizo prácticamente idéntico a otro mercado próximo, el del Poblenou, y los dos espacios se convirtieron no solo en centros imprescindibles de comercio y encuentro del distrito de Sant Martí, sino también en ejemplos emblemáticos de un tipo de construcción propia de la Barcelona modernista.

Catedrales de la dieta mediterránea

La venta de productos locales, frescos y de calidad, la atención personalizada y la profesionalidad de las personas que trabajan en ellos hacen de los mercados auténticos templos de la alimentación saludable. En este sentido, en el año 1991 se creó el Instituto Municipal de Mercados de Barcelona (IMMB) con el objetivo de mantener y fomentar esta cultura de mercado en la ciudad. Así pues, en el Mercado del Clot, como en muchos otros, se desarrollan actividades que van más allá del simple intercambio comercial: talleres y charlas sobre cocina y gastronomía, demostraciones, rutas… Como ejemplo, y coincidiendo con la Fiesta Mayor del Clot, el mercado organiza la “Noche de Tapas”, una iniciativa que comparten muchos mercados municipales de la ciudad y que cuenta con música en directo, sorteos, descuentos y otros actos.