Mucho más que un transporte

Renovado en el año 2007, el teleférico de Montjuïc es mucho más que un medio de transporte, ya que, gracias a las vistas privilegiadas que ofrece, se ha convertido en uno de los grandes atractivos de la montaña. El acceso es muy fácil, puesto que consta de tres paradas diferentes a lo largo de su trayecto. La primera, la de Parc de Montjuïc, está situada en la avenida de Miramar, muy cerca de la estación del funicular que sube desde el Paral·lel. Desde este punto se puede acceder a algunas de las instalaciones culturales más importantes del parque, como la Fundación Joan Miró, el Pueblo Español o el Museo Nacional de Arte de Cataluña.

A vista de pájaro

Subir al teleférico e iniciar el recorrido invita a ir deteniéndose en cada estación para disfrutar de todo lo que hay al alcance. La segunda parada, denominada Mirador, permite acceder al famoso mirador del Alcalde, una terraza ajardinada que ofrece una vista excepcional del puerto de Barcelona. Además, muy cerca se encuentra el emblemático Monumento a la Sardana, así como la entrada a los jardines forestales Joan Brossa, unos de los más divertidos para aventurarse en ellos con espíritu infantil, porque esconden juegos musicales y tirolinas.

La tercera y última parada es la de Castell de Montjuïc, donde es posible visitar esta fortaleza militar del siglo XVII y continuar disfrutando de unas impresionantes vistas de gran parte de la ciudad desde la cima de la montaña.

Desde las modernas cabinas del teleférico, con capacidad para ocho personas, es posible observar la ciudad en movimiento sin perder de vista edificios tan importantes como la Sagrada Familia o la Torre Agbar. La experiencia de hacer un zum progresivo sobre la ciudad a medida que el teleférico sube y la posibilidad de otear Barcelona a vista de pájaro es siempre una ocasión única que vale la pena probar.